Uno de los protocolos estándar más ampliamente utilizado es X.25 del ITU-T, que fue originalmente aprobado en 1976 y que ha sufrido numerosas revisiones desde entonces. El estándar especifica una interfaz entre un sistema host y una red de conmutación de paquetes. Este estándar se usa de manera casi universal para actuar como interfaz con una red de conmutación de paquetes y fue empleado para la conmutación de paquetes en ISDN. El estándar emplea tres niveles de protocolos:
- Nivel físico
- Nivel de enlace
- Nivel de paquete
Estos tres niveles corresponden a las tres capas más bajas del modelo OSI. El nivel físico define la interfaz física entre una estación (computadora, terminal) conectada a la red y el enlace que vincula esa estación a un nodo de conmutación de paquetes. El estándar denomina a los equipos del usuario como equipo terminal de datos – DTE (Data Terminal Equipment) y al nodo de conmutación de paquetes al que se vincula un DTE como equipo terminal de circuito de datos – DCE (Data Cicuit-terminating Equipment). X.25 hace uso de la especificación de la capa física X.21, pero se lo sustituye en muchos casos por otros estándares, tal como RS-232 de la EIA.
Figura 1. Uso de los Circuitos Virtuales
El nivel de enlace garantiza la transferencia confiable de datos a través del enlace de datos, mediante la transmisión de datos mediante una secuencia de tramas. El estándar del nivel de enlace se conoce como LAPB (Link Access Protocol Balanced). LAPB es un subconjunto de HDLC de ISO en su variante ABM (Asynchronous Balanced Mode).
El nivel de paquete ofrece un servicio de circuito virtual externo. Este servicio le permite a cualquier subscriptor de la red establecer conexiones lógicas, denominados circuitos virtuales, con otros subscriptores. Un ejemplo de esto se muestra en la Figura 1. En este ejemplo, la estación A tienen establecidos dos circuitos virtuales uno con B y otro con D; la estación C posee una conexión de circuito virtual con D; y el servidor B tiene establecida una conexión de circuito virtual con D.
En este último nivel, por cada acceso a la red, se definen dos entidades, DTE y DCE, que representan al sistema final del usuario y a la red respectivamente. En términos generales, hay dos categorías de DTEs: los que operan en modo de paquetes y los que no lo hacen; estos últimos, no soportan en forma nativa los protocolos X.25, por lo que requieren de los servicios de sistemas intermediarios encargados de realizar las correspondientes adaptaciones, generalmente denominados PADs (Packet Assembler/Disassembler).
La Figura 2 muestra la relación entre los niveles de X.25. Los datos de usuario se pasan en forma descendente al nivel 3 de X.25, el cual le agrega información de control como una cabecera, creando un paquete. Alternativamente, los datos de usuario se pueden segmentar dentro de múltiples paquetes. La información de control del paquete sirve para varias finalidades, entre las que se incluyen las siguientes:
- Identificar el número de un circuito virtual particular al que se deben asociar estos datos.
- Proveer números de secuencia que se pueden utilizar para controlar el flujo y los errores sobre la base de circuitos virtuales.
Luego, el paquete X.25 completo se pasa a la entidad LAPB, la cual agrega información de control al principio y al final del paquete, formando una trama LAPB. Nuevamente, la información de control contenida en la trama se requiere para la operación del protocolo LAPB.
Figura 2. Datos de usuario e información de control del protocolo X.25