Tragedias en almacenamientos:

  • En septiembre de 1987, los habitantes de Goiania, una ciudad brasileña, encontraron una máquina desconocida abandonada en un basurero. La abrieron y hallaron en su interior un polvillo azul. La tradición de la pintura corporal debió marcar el comportamiento de los brasileños, pues muchos de ellos se embadurnaron con el. Un mes después empezaron a aparecer las primeras muertes. Aquel polvillo era Cesio-137, un material altamente radiactivo que debería haber estado almacenado bajo estricta vigilancia. El gobierno brasilero se vió obligado a poner toda la población bajo control radiológico. Casi 300 personas se vieron afectadas. Los que murieron a causa de la radiación debieron ser enterrados en ataúdes de plomo de 608 Kg bajo varias capas de cemento.
  • Al menos tres cementerios de residuos de baja actividad de los Estados Unidos y el de Carísbad (nuevo México) para residuos altamente radiactivos han sufrido fugas y problemas geológicos.
  • En los almacenes radiactivos rusos también se han producido accidentes muy graves. El vertido de residuos al río Tetcha, durante el periodo 1948-1951, supuso la contaminación de 124.000 personas, y la evacuación de otras 7.500, que ocupaban suelos altamente contaminados.
  • Un accidente muy grave ocurrió el 29 de septiembre de 1957, en la planta de almacenamiento de Kishtim, cuando al explotar un contenedor con 160 m3 de residuos contaminó con unos 2 millones de curios una superficie de 1000 Km2. El accidente obligó a la evacuación inmediata de 10.700 personas. El secreto oficial ha impedido conocer el número real de víctimas del accidente. Los materiales radiactivos acumulados en el lago Karachai se dispersaron con la sequía de 1967, como consecuencia, 1.800 Km2 resultados contaminado. Todavía hoy en día, permanecer algunas horas en ese lugar supondría recibir una dosis muy elevada de radiactividad capaz de producir incluso la muerte.
  • El 20 de abril de 1973 nadie prestó ninguna atención particular al tanque 106 T en el área 200 oeste de la reserva de Handford (EEUU). Construido con hormigón reforzado con un alineamiento de acero de carbono en su fondo y en los lados, es cilíndrico de forma, de unos 23 metros de diámetro y 10 de profundo y está hundido en el suelo con unos dos metros de tierra sobre su techo en forma de cápsula. En abril del 1973, el tanque 106 T contenía residuos radiactivos de alta actividad procedentes de la planta de reprocesado de combustible Purex con alrededor de 1.5 millones de litros, principalmente en forma líquida. Entre el 20 de abril y el 8 de junio, este tanque dejó escapar al suelo, poco más de 435.000 litros de líquido absolutamente radiactivo conteniendo aproximadamente unos 40.000 curios de cesio-137, 14.000 curios de estoncio-90 y 4 curios de plutonio. La fuga sería la undécima registrada en Handford, no sería la última.
  • En noviembre de 1978, el biólogo disidente soviético Jaurés Medvedev informó de una supuesta catástrofe producida en la región soviética de Cheliablinsk, en los Urales del Sur, como consecuencia de haberse producido criticidad en la planta de tratamiento o almacenamiento de residuos radiactivos. La catástrofe había tenido lugar a fines de 1957 o principios de 1958, habría producido la muerte de centenares de personas y habría contaminado un área extensa. Informes de la CIA confirmaron, sin mayores precisiones, esta catástrofe, sabiéndose también que los Estados Unidos no tuvieron interés en señalarla, en su día, para no alertar sobre su propio programa nuclear.
  • A comienzos de abril de 1993 se desencadena un grave accidente en el depósito de residuos radiactivos de Tomsk. El 18 de julio del mismo año se produjo otra fuga radiactiva en la planta de Tcheliablinsk, que también procesa residuos radiactivos; el 2 de agosto, otro accidente en el almacén de Tcheliablinsk 40. La lista de accidentes en depósitos de residuos radiactivos se incrementa en forma peligrosa. Las estimaciones de sus consecuencias son alarmantes; 450.000 personas contaminadas, de las cuales más de 50.000 habrán recibido dosis considerables.

Tragedias en el transporte

A pesar de las precauciones tomadas, aviones de la Fuerza Aérea, mísiles y satélites de los Estados Unidos, con material radioactivo, han sufrido múltiples accidentes, demostrando que no hay transportes seguros. Un considerable número de colisiones produjeron víctimas y contaminación radiactiva.

  • Sucesos graves acaecieron en marzo de 1956, cuando se hundió un avión B- 47, que se dirigía a Florida, con dos cabezas nucleares "Florida".
  • En enero de 1961, un bombardero B- 52 se estrella, cargado con dos bombas nucleares de 24 megatones, mil veces más potentes que la de Hiroshima, en Carolina del Norte.
  • En junio de 1962, fracasaron dos ensayos con misiles nucleares, que dispersaron parte de su carga en la Isla Johnston del Pacífico; cuatro meses después, colisionaba un bombardero B- 52 con un avión nodriza KC-135, dejando caer otras dos bombas atómicas de 24 megatones sobre Kentucky.
  • En abril de 1964, al dispersar plutonio un satélite norteamericano.
  • En diciembre de 1965, cuando se hundió cerca de Okinawa un avión A-4E Skyhawk del portaaviones USS Ticonderonga cargado con una bomba atómica.
  • En 1968, un bombardero B- 52, con cuatro bombas atómicas, se estrella al aproximarse a la base de Thule en Groenlandia, el incendio provoca una dispersión de plutonio contaminante.

También, muchos navíos y submarinos, con reactores o misiles atómicos, se han hundido, tanto de la flota americana, como en la soviética. 

  • En 1959, la marina norteamericana hundió en el Atlántico los elementos del reactor del submarino USS Seawolf (SSN- 575) a 120 millas de Maryland. 
  • En abril de 1963, el submarino nuclear Thresher (SSN- 593) se hunde a 100 millas de Massachusetts, con 129 personas a bordo. 
  • En mayo de 1968, el submarino USS Scorpion (SSN- 589), con una tripulación de 99 personas, se hunde, con dos torpedos nucleares Astor, a 400 millas de las Azores. 
  • También la flota submarina nuclear soviética ha padecido más de 25 accidentes graves. 
  • Transportando material radioactivo, se hundió en marzo de 1968 el submarino del tipo Yankee 2 (K- 129), con casi 100 víctimas. 
  • En abril de 1970 se hundió en el Golfo de Vizcaya el submarino November (K- 8), pereciendo 52 personas. 
  • En junio de 1983 se hundió el submarino Charlie 2 (K- 429) de la Flota del Pacífico y en abril de 1989, el Komsomolets (K-278), dejando en el mar de Noruega 42 muertos.

Además de las catástrofes militares, también se han producido accidentes "civiles". 

  • El Gobierno británico autorizó el transporte clandestino, en vuelos regulares, de residuos radioactivos, en cajas que viajaban como "valija diplomática".
  • El propio Consejo de Seguridad Nuclear español reconoce que "una remesa de material radioactivo se vio envuelta en un accidente serio de aviación". 
  • El 25 de agosto de 1984, en el Canal de la Mancha, colisionaron el transbordador alemán Olau Britannia, con 935 pasajeros a bordo, y el carguero francés
  • Mont Louis, propiedad de la Compagnie Géneral des Matiéres Nucléaires (COGEMA) y de la sociedad eléctrica belga Synatom, cargado con 375 toneladas de hexafluoruro de uranio, repartido en 60 contenedores. La alarma cundió en el Canal. Los trabajos de recuperación de los depósitos del carguero zozobrado duraron hasta el 4 de octubre.
  • Un ejemplo más de lo arriesgado de los transportes radioactivos lo proporciona la "odisea" del Akatsuki Maru, que entre noviembre y diciembre de 1992, transportó tonelada y media de plutonio desde Cherbourg (Francia) hasta Tokai (Japón). Una singladura de 25.000 km sin escalas porque numerosos países cerraron sus fronteras al que se denominó "Chernobil flotante", incluso países con centrales nucleares, como Brasil, Argentina o África del Sur.

La carretera no aporta más seguridad a los transportes de substancias radioactivas. He aquí algunos ejemplos que ratifican esta afirmación: 

  • El 19 de diciembre de 1980 se produce un accidente en un transporte de plutonio y otros materiales radioactivos por la Autopista 25 (Estados Unidos). 
  • El 2 de noviembre de 1982 un camión militar con un misil Pershing- 1 sufrió un accidente en Walprechtsmeier (Alemania): un ciudadano murió, dos soldados resultaron heridos y mil doscientas personas fueron evacuadas.
  • En septiembre de 1984, otro transporte sufría un accidente en las carreteras alemanas, esta vez con un misil Pershing- II. El 20 de junio de 1985, dos camiones con cabezas explosivas colisionan en Helensburgh (Escocia).
  • El 10 de enero de 1987 se produce un accidente en una caravana con diez  camiones, cargados con armas atómicas, cerca de Salisbury (Gran Bretaña). 
  • Nuevamente el 5 de mayo de 1987 un transporte con un misil Pershing del ejército norteamericano sufría un accidente en Heilbronn (Alemania). 
Mié, 01/02/2006 - 17:48