Pico Jiménez Heber Gabriel
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Planteamiento del Problema
Centros que hacen estudios radiológicos simples, de contrastes y tomográficos, lugares estos donde la mayoría de las veces inclusive por petición de los mismos fabricantes de los equipos, le instalan en el pecho un pequeño dispositivo a todos los empleados, aparato que mide por área corporal las radiaciones recibidas accidentalmente. Que sorpresa, se ha encontrado recibirlas personal de aseo que nunca ha hecho cara íntima en procedimientos radiológicos. También en agentes administrativos ajenos a todo esto. Hay tanta convicción general del problema que de costumbre al hacer un estudio radiológico, los mismos empleados de la entidad, si logran percatarse de la presencia casual en sala de espera, de alguna gestante esperando ecografía, rápidamente le sugieren que se retire lo más que pueda del sitio donde los demás aguardando expuestos quedarían. Recordemos que las radiaciones ionizantes no son inocuas a cualquier organismo, sobretodo en el sistema hematopoyético de médula ósea. Sin embargo, buscando solucionar este problema, una investigación permite suponer que esto se presenta debido a que el diseño de los equipos en rayos x mecánicamente es al tanteo, no porque los fabricantes quieran, sino porque necesariamente hasta hoy así les toca, al no encontrar un mecanismo que realmente permita calcular premeditadamente con precisión, la energía y dirección del lesivo rayo dispersado. No deberíamos estar satisfechos. La parte más extraña en este momento, no sería discutir si el rayo dispersado tiene mayor longitud de onda que el rayo incidente, pues eso ya está claro gracias a Compton. Justamente ahora le toca el turno es demostrar como sucede este fenómeno. Tras esto propongo una descripción matemática donde se logra predecir que la energía cinética del rayo nocivo dispersado es igual, al producto de la energía cinética del rayo incidente por el coseno del ángulo descrito, totalmente independientes de la naturaleza intima del material dispersor tal como lo observó el mismo Compton. Formulación que parece funcionar correctamente con teoría y observaciones dejando construir equipos de manera tal que, eviten el escape vago cualquiera de rayos dañinos dispersados al azar. Esto es lo que se propone en este trabajo y que la academia debe mirar detenidamente. Necesariamente no tengo porque tener la razón en la solución propuesta pero sí, necesariamente hay que arreglar este problema.
Posible Solución al Problema e Hipótesis.
La hipótesis es la siguiente:
En este trabajo utilizando la noción cuántica de las radiaciones electromagnéticas, reconociendo el carácter dual de la masa y energía total de un cuerpo como resultante vectorial de la ondulatoria energía cinética más, la corpuscular energía potencial. Además tomando lo teórico de Compton en el sentido de que el aumento de la longitud de onda de un fotón de rayos x cuando choca un electrón débilmente enlazado y pierde parte de su energía, pues la frecuencia o la longitud de onda de la radiación dispersada dependen únicamente de la dirección de dispersión. De acuerdo con todo lo anterior, en este trabajo formulamos una deducción matemática diferente a la que pudo deducir Compton tras su útil experiencia. Asimismo, de manera hipotética también se plantea un marco de solución con el objetivo de que los fabricantes de los equipos radiológicos logren diseñar libremente estos con materiales mejorados de modo tal que maten automáticamente y segura los rayos dispersados ya inútiles en la misma sala de procedimientos. Entonces, en los estudios de Rayos X se presentan radiaciones dispersadas que se escapan del dominio mecánico de quien ejecuta dichos procedimientos. Radiaciones que debieron haberse eliminado por la tecnología dentro de la misma sala donde se hace el proceso. Hasta ahora los equipos son diseñados al parecer empíricamente ensayando ubicaciones y resistencias de materiales al tanteo. Hay radiaciones dispersadas en direcciones que no se sabe la cantidad de energía llevan, ni para donde cogen. Los equipos de Rayos X no han sido diseñados bajo exactas métricas teóricas. Le pregunto a la comunidad académica y científica. ¿Se es consciente de ese Problema Médico?¿no necesita revisión científica este vendito problema?.
λ1 = λ1 cosθ
Bases Teóricas de solución al Problema.
Comenzamos considerando la ecuación de la conservación de la cantidad de movimiento en el efecto Compton que no le faltaría sino multiplicarla por la velocidad de la luz para que se convierta en la ecuación de la conservación de la energía. También quiero demostrar que la colisión en el efecto Compton es inelástica porque, el fotón incidente se deforma en el choque perdiendo dirección, sentido, cantidad de movimiento, masa, energía y lógicamente aumentando su longitud de onda. Si conjunta y matemáticamente ordenamos de manera vectorial la suma de las respectivas cantidades de movimientos y energías, hecho que evitaría tener que hacer elevaciones inexplicables al cuadrado como lo hace Compton en ambos miembros de la ecuación.
Utilizando también la misma demostración de la cantidad de movimiento que Compton usa en la demostración original planteamos lo siguiente:
Igualando el valor de (mtev)2 en ambas ecuaciones anteriores
((1)) = ((2)):
En cuanto a la masa del electrón tenemos lo siguiente, aclarando la masa total del electrón después del choque:
En el efecto Compton ocurre una colisión inelástica, incluso al momento de llevarse a cabo el efecto fotoeléctrico, como es preciso el fotón incidente, sufre deformaciones permanentes durante el impacto, perdiendo momento lineal, energía cinética y frecuencia, existe además intercambio de masa transferida del fotón incidente entregada al electrón chocado. Después de 90 grados, inmediatamente después de sucedido un posible efecto fotoeléctrico se inicia el tiempo llamado Compton Inverso ocasionado por los llamados electrones relativistas de altas energías de enlace, practicando todavía colisiones inelásticas a pesar de que continúa incrementándose el ángulo construido por los fotones incidentes y dispersados, pero contrariamente se reduce Δλ , se recupera entonces frecuencia, cantidad de movimiento y energía cinética del fotón dispersado pero eso sí, en sentido contrario del fotón incidente. Si el ángulo llega a 180 grados el fotón dispersado adquiere toda la energía cinética del fotón incidente pero en sentido contrario a este.
En conclusiones, si hiciéramos el experimento de Compton, manteniendo el rayo incidente con una longitud de onda constante, variando solo el ángulo de dispersión, entonces el producto de la longitud de onda del rayo dispersado por el coseno del ángulo, debe ser constante e igual a la longitud de onda del rayo incidente.
λ1 = λ1 cosθ
me = masa del electrón
mte = masa total del electrón después del choque
ħ = Constante de Planck
λ1 = Longitud de onda del rayo incidente
λ2 = Longitud de onda del rayo dispersado
v1 = Frecuencia del rayo incidente
v2 = Frecuencia del rayo dispersado
Δm = magnitud de masa cinética del fotón incidente
Una teoría física parece demasiado significativa si, además de explicar los fenómenos físicos para la que ha sido construida, puede también explicar otros fenómenos fuera de su dominio original.