Características principales del yodo
El yodo es un elemento químico perteneciente al grupo 17 (grupo de los halógenos), de símbolo I y número atómico 53. E l yodo es un cuerpo sólido; forma cristales grises dotados de verdadero brillo metálico. Parece metal y se transparenta con luz violeta, pero al mismo tiempo, si se colocan en un frasco de vidrio unos cristalitos de yodo, en seguida veremos aparecer en la parte alta del recipiente vapores violados. El yodo se sublima con facilidad, sin pasar por el estado líquido.
Esta es la primera contradicción que salta a la vista, pero le sigue otra. El color de sus vapores es violeta oscuro y el del propio yodo, gris metálico. Las sales de yodo son, en general, incoloras y se parecen a la sal común; sólo algunas de ellas poseen un ligero tono amarillento. Una característica distintiva de los vapores de yodo es que poseen un olor irritante.
Presencia y abundancia de los átomos de yodo
El yodo es un elemento extraordinariamente raro y es el elemento menos abundante entre los halógenos . Los geoquímicos han calculado que la proporción de yodo en la corteza terrestre viene a ser de una o dos cienmilésimas por ciento; no obstante, el yodo existe en todas partes. Quizás podamos nosotros decir todavía más: no hay nada en el mundo que nos circunda, donde los métodos analíticos de gran precisión no descubran la presencia de átomos de yodo.
Todo está impregnado de yodo. La tierra dura, las rocas, incluso los cristales más puros del transparente cristal de roca o espato de Islandia, contienen bastantes átomos de yodo. Considerablemente más lo contiene el agua de mar y también, en gran cantidad, se halla en las aguas corrientes, en el suelo y, sobre todo, en las plantas, los animales y el hombre. Nosotros aspiramos el yodo del aire que respiramos, pues se halla saturado de sus vapores; introducimos yodo en nuestro organismo con la comida y con el agua. Sin yodo no podemos vivir. Los métodos de análisis y observación más precisos no han podido descubrirnos su enigmático origen, ya que ni en las profundas rocas eruptivas, ni en las masas fundidas de los magmas emergidos, no se conoce ni un solo mineral en cuya composición intervenga el yodo.
Los geoquímicos explican su historia en la Tierra de la forma siguiente: En tiempo remoto, antes de la historia geológica de la Tierra, cuando nuestro planeta se cubrió por vez primera de corteza dura, los vapores volátiles de diversos elementos envolvían con nubes espesas la tierra aún caliente.
Entonces, el yodo, junto con el cloro, se desprendieron de lo hondo de los magmas líquidos de nuestro planeta, entonces también, se apoderaron de él las primeras corrientes de agua depositadas al condensarse los vapores calientes, y los primeros océanos de los cuales se originaron posteriormente los mares, concentraron en su masa el yodo de la atmósfera terrestre
El yodo se halla también disuelto en la atmósfera; su distribución en el aire, según los datos analíticos, obedece a una ley determinada y estricta: su cantidad varía con la altura. En las alturas del Pamir y Altái, a más de 4.000 metros , hay mucho menos yodo que al nivel de Moscú o de Kazan.
Pero el yodo existe no sólo en la Tierra, lo hallamos también en los meteoritos que caen desde los espacios ignorados del universo. En las atmósferas del Sol y las estrellas, los hombres de ciencia lo buscan hace tiempo con ayuda de métodos nuevos, pero, por ahora, infructuosamente.
El agua de mar contiene bastante yodo: dos miligramos por litro, y esto es ya una cantidad apreciable. El agua marina se espesa en las costas, estuarios y lagos de litoral; allí se acumulan las sales y recubren la orilla con su manto blanco. Estas concentraciones salinas han sido bien estudiadas en las costas de Crimea, en el mar Negro, así como en los lagos del Asia Central. Pero en ellas no existe yodo. Se esconde, por lo visto, en algún otro lugar. Al parecer, cierta cantidad se concentra en el fondo, en el limo, gran parte se evapora, marchando al aire, y sólo una pequeña parte queda en las salmueras residuales. Allí donde se acumulan las sales de potasio y bromo, yodo casi no hay.